Después de varios años de parón, España mira de nuevo hacia las energías renovables.
El mundo se ha puesto de acuerdo para fijar un objetivo común en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, ese objetivo requiere una descarbonización de la generación energía de entre un 80 y un 100% en un tiempo relativamente rápido.
La única forma de conseguir grandes niveles de descarbonización es tratar de electrificar el mayor número de consumos energéticos. Esto quiere decir que no solo debemos empezar a generar más electricidad con energías renovables, sino que debemos comenzar a utilizar electricidad en sectores donde antes se utilizaban los combustibles fósiles. Los ejemplos más claros son el transporte (a través de la movilidad eléctrica) y la calefacción (a través de sistemas impulsados por bombas de calor). De esta forma, se pueden “desplazar” consumos energéticos que antes provenían de los combustibles fósiles hacia la electricidad.
Esta electrificación, a su vez, supone un aumento en el consumo de energía eléctrica, por lo que si queremos que la descarbonización sea exitosa, debemos aumentar la generación con energías renovables a la vez que aumentamos la generación de electricidad.
Situación actual en España
Según datos de 2017, las energías renovables generaron el 33,3% de la electricidad consumida en la España peninsular. Se trata de un dato que no está nada mal en comparación de otros países de nuestro entorno, pero que supone un descenso respecto a los datos de 2016, cuando la cuota renovable alcanzó el 40,8%. El principal motivo de este descenso es la variabilidad de las energías renovables, con especial protagonismo de la sequía ocurrida en el año 2017 que supuso un fuerte descenso de la generación mediante energía hidráulica.
Sin embargo, el problema viene cuando el los últimos años apenas se ha instalado nueva potencia renovable en nuestro país. Sin este aumento de las instalaciones, las posibilidades de que la cuota de generación con energías limpias aumente se queda totalmente a merced de la climatología, esperando a que haga un año muy soleado, especialmente ventoso o con muchas precipitaciones.
Desde el año 2012, España apenas ha construido nuevas instalaciones de energías renovables, como consecuencia de una mala gestión política llevada a cabo por los últimos gobiernos. Mientras tanto, durante estos años el resto del mundo se ha subido al carro de la revolución renovable, con las instalaciones de energía solar disparadas y creciendo año a año, y la energía eólica expandiéndose hacia el mar.
Sin embargo, las cosas están cambiando y España ya mira de nuevo hacia las energías renovables.
España instalará 8.000 nuevos megavatios renovables
En 2020, el 20% de la energía primaria que se consuma en España —eléctrica, transporte o calefacción— debe ser de origen renovable según los objetivos fijados por la Unión Europea. En 2015 ese dato era del 16,15% y teniendo en cuenta los pocos avances realizados por el país en esta materia, actualmente andaremos en un porcentaje similar.
La manera más fácil de conseguir ese objetivo del 20% ya os la hemos explicado: electrificación de la demanda e inversión energías renovables.
Empujados por el cumplimiento de ese objetivo y aprovechando el fuerte descenso en los costes de instalación de nuevas centrales de generación renovable —principalmente eólica y solar— el Ministerio de Industria ha convocado en los últimos años una serie de subastas renovables para darle un nuevo impulso al sector.
Este sistema de subastas se está extendiendo por todo el mundo debido a su competitividad, y consiste en adjudicar conjuntos de megavatios a las empresas en función del precio ofertado. En este caso, la competición reside en fijar un precio a la baja, es decir, cuál es el precio mínimo que estás dispuesto a cobrar por instalar tu central de generación renovable.
En total, en España se han subastado 8.000 nuevos megavatios para instalar antes de 2020. La inmensa mayoría de ellos son de tecnologías eólica y solar. Estas nuevas instalaciones, según Daniel Navia, secretario de Estado de Energía, acercarán a España al objetivo, quedándose en un porcentaje entorno al 18%.
Cómo se podría aumentar el porcentaje de energías renovables en el futuro
Por suerte, estos 8.000 megavatios no son los únicos que se instalarán en los próximos años en España, aunque de momento si que sean los más asegurados. La buena noticia es que las subastas han hecho que el mercado nacional vuelva a despertar y parece que eso se puede transformar en nuevas instalaciones en los próximos años. Además, esas instalaciones se harán sin necesidad de nuevas subastas —la generación está liberalizada y cualquiera puede construir un parque si consigue todos los permisos necesarios— empujadas por la reducción de precio que está teniendo la tecnología. Las empresas vuelven a ver en la renovables un sector atractivo para invertir.
La energía solar es la mejor posicionada para impulsar el resurgir de las energías renovables en España. Las empresas ya se están posicionando para conectar a la red 23.000 nuevos megavatios en los próximos años y el Comité de Expertos en Energía augura que en España en 2030 habrá una potencia solar fotovoltaica de entre 40.000 y 47.150 megavatios —actualmente hay menos de 5.000—.
Por suparte, para la energía eólica estiman un pronóstico mucho menos ambicioso, con 31.000 megavatios instalados —actualmente hay 23.000— para esa misma fecha.
Se avecinan tiempos de cambio en el sistema eléctrico español. En pocos años veremos un fuerte crecimiento de las tecnologías de generación renovable, que irá de la mano de la implantanción del coche eléctrico. La mejor forma de cuidar el medio ambiente y luchar contra el cambio climático.
Fuente: Corriente Eléctrica | Renault