España está aumentando el número de puntos de recarga para vehículos eléctricos y su señalización. Pero a pesar de esto, aún sigue siendo de los países de la Unión Europea con menor valoración en cuanto a la infraestructura de recarga.
Según los expertos, para que sea eficaz y práctica la infraestructura de recarga, los cargadores deberían estar distribuidos en emplazamientos estratégicos que resulten de interés para los usuarios, lugares donde los consumidores están acostumbrados a repostar con sus vehículos a combustión.
Lo importante es poner el foco en las necesidades del usuario. Para entender dónde necesita recargar su vehículo eléctrico, tanto en el ámbito urbano como interurbano.
¿Falta de infraestructura?
España necesita más inversión, incentivos y eliminación de barreras burocráticas para ampliar infraestructuras de recarga. Una infraestructura que potencie la compra y uso de vehículos eléctricos de batería, y cumplir con los objetivos establecidos.
Además, cabe prestar atención a las principales barreras que son la autonomía, y en especial la rapidez de carga. Porque la autonomía depende en gran medida de la rapidez con la que se pueda cargar el vehículo eléctrico.
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La velocidad de carga
Una de las mayores barreras ante la adquisición de un coche eléctrico es su autonomía y tiempo de carga. En especial este segundo, pues conseguir una carga completa puede variar desde las 2 hasta las 24 horas.
Así que muchos conductores no completan su carga al 100% y esto puede ser un problema, ya que en el día a día surgen imprevistos. Pero existen limitaciones técnicas que impiden que por el momento la carga del coche eléctrico se pueda completar en 5 minutos. Una de las mayores demandas. Pues estamos acostumbrados a los vehículos de combustión y a su rápido repostaje.
Pero tranquilos, pues este problema poco a poco avanza. Las baterías cada vez son más grandes y dan más autonomía, a la par que admiten ritmos de carga más elevados. Como el FASTCHARGE de BMW o la estación de recarga ultrarrápida de ITE.
El transporte desde la red eléctrica al punto de recarga
Transportar la electricidad a través de una larga distancia precisa de una exigente línea de alta tensión para que la manguera que la transporta no se sobrecaliente. Cuanto menor sea la tensión, mayor grosor deben de tener los cables para no arder.
Lo que significa que la infraestructura a la que los fabricantes se enfrentan tiene muchas exigencias.
El tipo de cargador para recargar el vehículo eléctrico
¿Qué tipos existen?
Para una recarga convencional de 16 amperios, los vehículos eléctricos demandan unas 8 horas de recarga. Pero todo dependerá del tipo de carga:
- La carga convencional monofásica emplea la intensidad y voltaje eléctricos del mismo nivel que la propia vivienda, es decir, 16 amperios y 230 voltios. Esto implica que la potencia eléctrica que puede entregar el punto para este tipo de cargas es de aproximadamente 3,7 kW.
- Con este nivel de potencia, el proceso de carga de la batería tarda unas 8 horas. Esta solución es óptima, fundamentalmente, para recargar el vehículo eléctrico durante la noche en un garaje de una vivienda unifamiliar o garaje comunitario.
- Para conseguir que el vehículo eléctrico sea una realidad y teniendo en cuenta el sistema eléctrico actual, la recarga óptima desde el punto de vista de eficiencia energética, es realizar este tipo de recarga durante el período nocturno, que es cuando menos demanda energética existe
Una apuesta por la sostenibilidad
La movilidad eléctrica y sostenible no deja de avanzar. Pues existen ya muchos puntos de recarga por toda Europa. Además, nuestro continente se está preparando para ser pionero en sostenibilidad con la Agenda 2030.
¿Dónde entran los vehículos eléctricos aquí?
Pues en el ODS 11: Lograr que las ciudades sean más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles. En definitiva, ciudades sostenibles. así como en el ODS 13: Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos. Un objetivo que busca reducir los niveles de dióxido de carbono (CO2) y de otros gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Los consumidores han demostrado preferir la movilidad eléctrica frente a la movilidad de combustión ya que. Apostando firmemente por una movilidad que cuide de nuestro planeta y de todos sus ecosistemas. Contribuyendo con este gesto a tener un lugar más limpio y cuidado para las generaciones futuras.
¡Únete a la revolución eléctrica!